De La Mañana de Roca el 1ª de septiembre
Una historia que comenzó en 1906.
Las persecuciones políticas en plena época del zarismo fueron el puntapié inicial para que a comienzos del siglo pasado decenas de familias comenzaran a emigrar buscando un mejor futuro en otras latitudes. Uno de estos destinos fue la Argentina, y más precisamente esta región, adonde en 1906 se instaló un grupo que se dedicó a la producción agropecuaria, conformando lo que luego se denominó la "Colonia Rusa", centro social, cultural y religioso de la comunidad israelita que el próximo año festejará su centenario.
Locev, Kaspin, Glanz, Liberman, Barón, Panich, Riskin, Silvestein, Rimer y Gritchner son solo algunos de los apellidos de los pioneros a quienes el destino les deparó un futuro en el Alto Valle. Fueron entre 20 y 30 las familias, muchas oriundas de pueblos ubicados entre Rusia y Bielorrusia, que a partir de 1906 ocuparon tierras desérticas entre Roca y Cervantes.
¿Por qué Argentina? "En Europa se comentaba que en este país existían políticas que fomentaban la inmigración", relató Sergio Riskin, descendiente de uno de los pioneros.
Cuando el gobierno nacional les cedió los lotes, (que fueron pagados en cuotas) la contraprestación pedida era que hicieran pozos en busca de agua que regara la zona, ya que la creciente de 1899 había deteriorado el Canal de los Milicos (hoy canalito).
Pero este proyecto fracasó y fue con palas y mucho esfuerzo como se abrieron paso a lo largo de 4 kilómetros desde Roca al este para que el agua llegara al sector donde se asentaron las chacras. Semillas de alfalfa, pasto, vid, hortalizas, peras y manzanas formaron parte de la producción de los colonos.
Sumado a su rol de productores, se conformó un verdadero centro social, cultural y religioso de la comunidad israelita que congregó a la población ubicada entre Choele Choel y Zapala. En un edificio que todavía está en pie, funcionó la sede de la Colonia Rusa, utilizada como salón de fiestas, sinagoga, teatro, biblioteca, escuela hebrea y lugar de reunión que tuvo un movimiento activo hasta los 60', cuando muchos se trasladaron desde la zona rural a la ciudad.
Un grupo de descendientes se encuentra programando para el 2006 los festejos del centenario de la Colonia Rusa, que tiene un objetivo mucho más amplio. "Es rendir un homenaje a los pioneros de distintos orígenes que con mucho esfuerzo hicieron realidad el Valle", sintetizó Riskin.
Una historia que comenzó en 1906.
Las persecuciones políticas en plena época del zarismo fueron el puntapié inicial para que a comienzos del siglo pasado decenas de familias comenzaran a emigrar buscando un mejor futuro en otras latitudes. Uno de estos destinos fue la Argentina, y más precisamente esta región, adonde en 1906 se instaló un grupo que se dedicó a la producción agropecuaria, conformando lo que luego se denominó la "Colonia Rusa", centro social, cultural y religioso de la comunidad israelita que el próximo año festejará su centenario.
Locev, Kaspin, Glanz, Liberman, Barón, Panich, Riskin, Silvestein, Rimer y Gritchner son solo algunos de los apellidos de los pioneros a quienes el destino les deparó un futuro en el Alto Valle. Fueron entre 20 y 30 las familias, muchas oriundas de pueblos ubicados entre Rusia y Bielorrusia, que a partir de 1906 ocuparon tierras desérticas entre Roca y Cervantes.
¿Por qué Argentina? "En Europa se comentaba que en este país existían políticas que fomentaban la inmigración", relató Sergio Riskin, descendiente de uno de los pioneros.
Cuando el gobierno nacional les cedió los lotes, (que fueron pagados en cuotas) la contraprestación pedida era que hicieran pozos en busca de agua que regara la zona, ya que la creciente de 1899 había deteriorado el Canal de los Milicos (hoy canalito).
Pero este proyecto fracasó y fue con palas y mucho esfuerzo como se abrieron paso a lo largo de 4 kilómetros desde Roca al este para que el agua llegara al sector donde se asentaron las chacras. Semillas de alfalfa, pasto, vid, hortalizas, peras y manzanas formaron parte de la producción de los colonos.
Sumado a su rol de productores, se conformó un verdadero centro social, cultural y religioso de la comunidad israelita que congregó a la población ubicada entre Choele Choel y Zapala. En un edificio que todavía está en pie, funcionó la sede de la Colonia Rusa, utilizada como salón de fiestas, sinagoga, teatro, biblioteca, escuela hebrea y lugar de reunión que tuvo un movimiento activo hasta los 60', cuando muchos se trasladaron desde la zona rural a la ciudad.
Un grupo de descendientes se encuentra programando para el 2006 los festejos del centenario de la Colonia Rusa, que tiene un objetivo mucho más amplio. "Es rendir un homenaje a los pioneros de distintos orígenes que con mucho esfuerzo hicieron realidad el Valle", sintetizó Riskin.
